AMÉRICALATINAHOY

ISSN: 1130-2887 - eISSN: 2340-4396

DOI: https://doi.org/10.14201/alh.

año 2021

agosto

vol 88

142

DOI 23659

Fernando García Serrano (2021). Del sueño a la pesadilla: el movimiento indígena en Ecuador. 259 págs. Quito: FLACSO Ecuador – Abya-Yala. ISBN: 978-9978-67-551-9.

El movimiento indígena ecuatoriano ha sido objeto y sujeto de distintos estudios y protagonista sin el cual no sería posible entender el escenario político del Ecuador. En efecto, desde sus orígenes hacia los años setenta del siglo pasado el movimiento indígena ha ido configurando unas relaciones especiales hacia el Estado, cuya manifestación más visible en forma de movimiento político está representada por el Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik (MUPP). Siempre presente en la arena política ecuatoriana, el movimiento indígena tuvo su reconocimiento más álgido con la Constitución política del 2008, que reconoce el carácter intercultural y plurinacional como principios fundamentales del Estado. Como movimiento, las distintas nacionalidades indígenas del Ecuador mantuvieron el pulso al gobierno de Lenin Moreno durante las protestas sociales de octubre de 2019, unas de las más duras y violentas de las últimas décadas. Como brazo político, Pachakutik se ha posicionado como segunda fuerza política dentro de la Asamblea ecuatoriana en la convocatoria electoral del 7 de febrero de 2021.

Fernando García Serrano recopila en esta obra su amplia trayectoria investigadora del movimiento indígena de Ecuador, con una técnica de investigación basada en la observación participante. Y lo interesante de la misma no es solo una mera recopilación de estudios de caso, sino plantear un marco teórico para el estudio del indigenismo ecuatoriano como base para futuras investigaciones. Para ello el autor parte de dos cuestiones que giran en torno a la correlación entre Estado y movimientos indígenas. La primera de ellas es cómo se define la gobernanza de gobiernos locales liderados por indígenas y no indígenas dentro de los principios constitucionales de interculturalidad y plurinacionalidad. Y la segunda, las relaciones de igualdad o subordinación entre la justicia ordinaria y la indígena, esta última también reconocida en la Constitución de Montecristi.

Dividida en cinco capítulos, la primera parte ahonda en las perspectivas teóricas para el análisis del vínculo entre Estado y movimiento indígena. Para ello se emplea un enfoque multidisciplinar que combina perspectivas antropológicas, sociológicas y politológicas y se reseña su huella en los estudios a nivel de la región. La teoría de los movimientos sociales cobra una particular importancia en esta parte del libro debido a que dentro de la misma se circunscribe el movimiento indígena ecuatoriano. El segundo capítulo enmarca al movimiento indígena dentro de la historia más reciente a través de la realidad económica, social y política que vivió el mismo desde mediados del siglo XX. Aquí es donde se describe la conformación del movimiento y su transformación en la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador –CONAIE–, dividido en cuatro períodos cronológicos que van desde las luchas por la tierra de los años 60 y 70 hasta sus choques con el Estado bajo el gobierno de Correa, pasando por su participación en la redacción de la Constitución del año 2008. A continuación, el autor desglosa las principales variables del sistema electoral ecuatoriano en relación con el desempeño del brazo electoral de la CONAIE, Pachakutik. Dentro de este apartado, resultan interesantes las conclusiones del autor respecto a los objetivos que se planteó el sistema político ecuatoriano tras el retorno a la democracia en 1979, y que no han sido alcanzados plenamente en cuanto a la estabilidad del sistema mismo, las contradicciones del sistema electoral (que no logra la representación proporcional) y contar con partidos políticos estructurados y claramente posicionados ideológicamente. Como cuarto epígrafe, se proponen la definición y la evolución ideológica del Movimiento de Unidad Plurinacional Pachakutik, desde sus principios orientadores que parten del proyecto de la CONAIE. Por último, el quinto capítulo aborda la justicia indígena como un modo de desplegar el poder político de las nacionalidades del Ecuador. Ante la débil institucionalización del sistema judicial ecuatoriano, los pueblos indígenas optaron por aplicar sus propios sistemas de prácticas de justicia como una forma de mantener el control en sus comunidades, sin que estuvieran exentos de roces con el Estado y el sistema de justicia ordinario.

A modo de conclusión, la obra de García Serrano desgrana las complejas interrelaciones políticas entre la CONAIE, Pachakutik y el Estado ecuatoriano e introduce dos perspectivas innovadoras para analizarlas: desde las desigualdades socioeconómicas y las tensiones entre la construcción del Estado neoliberal y el plurinacional e intercultural propuesto en el actual marco constitucional.

David Molina Romo

Universidad de Salamanca